La clase comenzó a las siete y cuarenta y cinco de la mañana, la profesora estaba dándoles las notas a los estudiantes, tomando en cuenta la calificación que yo les había colocado en el cuadro comparativo y el ensayo de la primera clase, así como de la obra de teatro, mientras tanto yo estaba pasando unas notas de las demás secciones para entregarlas en el departamento de evaluación. Con respecto a la evaluación que les realicé a los estudiantes no quedé muy satisfecha porque es realmente emitir una calificación objetiva e imparcial al trabajo realizado por los estudiantes, para mí todos se merecían la mejor calificación, pero en realidad hay que tomar en cuenta la disciplina y el interés que tenga el estudiante.
Este día la profesora se dedicó a realizar las evaluaciones de asesoría mientras yo pasaba las notas y corregía algunos cuadernos, me gustó mucho trabajar con la profesora porque siempre hubo ese respeto y esa confianza para decir las cosas que no nos parecían, además de eso que ella siempre valoró mi trabajo, por ejemplo con las calificaciones que yo les coloqué a los estudiantes con las clases que facilité, recuerdo que una vez le pregunté que si le llevaba las notas que tenía y me dijo “claro que si, a mi si me sirve lo que usted hace, tanto usted como yo somos igualitas, la única diferencia es que yo tengo un poco más de experiencia que usted, pero eso no me hace superior”; las cosas que ella me decía cuando yo realizaba algo me llenaban de ganas para seguirlo haciendo y mejorarlo. Es importante valorar el trabajo de los demás, esté mal o esté bien, pero hacerle saber a la persona que su trabajo es importante.
La profesora estaba realizando mis evaluaciones también, me dijo que había sido un placer trabajar conmigo, que había aprendido bastantes cosas y que estaba a la orden en el liceo para donde se iba a ir.
Salí medio triste este día del liceo por la despedida de la profesora y porque lo que mi dijo me hizo sentir muy bien, la calidad humana que tiene la profesora es impresionante, pero esto no le quita lo sincera y directa que es para decir las cosas. Realmente trabajé muy bien con ella estos dos semestre y lamento no poder hacer mi tercera fase de pasantías con ella, aprendí bastantes cosas, tanto de clases como de la vida.
Este día la profesora se dedicó a realizar las evaluaciones de asesoría mientras yo pasaba las notas y corregía algunos cuadernos, me gustó mucho trabajar con la profesora porque siempre hubo ese respeto y esa confianza para decir las cosas que no nos parecían, además de eso que ella siempre valoró mi trabajo, por ejemplo con las calificaciones que yo les coloqué a los estudiantes con las clases que facilité, recuerdo que una vez le pregunté que si le llevaba las notas que tenía y me dijo “claro que si, a mi si me sirve lo que usted hace, tanto usted como yo somos igualitas, la única diferencia es que yo tengo un poco más de experiencia que usted, pero eso no me hace superior”; las cosas que ella me decía cuando yo realizaba algo me llenaban de ganas para seguirlo haciendo y mejorarlo. Es importante valorar el trabajo de los demás, esté mal o esté bien, pero hacerle saber a la persona que su trabajo es importante.
La profesora estaba realizando mis evaluaciones también, me dijo que había sido un placer trabajar conmigo, que había aprendido bastantes cosas y que estaba a la orden en el liceo para donde se iba a ir.
Salí medio triste este día del liceo por la despedida de la profesora y porque lo que mi dijo me hizo sentir muy bien, la calidad humana que tiene la profesora es impresionante, pero esto no le quita lo sincera y directa que es para decir las cosas. Realmente trabajé muy bien con ella estos dos semestre y lamento no poder hacer mi tercera fase de pasantías con ella, aprendí bastantes cosas, tanto de clases como de la vida.
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